viernes, 1 de julio de 2016

Huéspedes sin Invitación.




El que es capaz de dominarse hasta sonreír en la mayor de sus dificultades, es el que ha llegado a poseer la sabiduría de la vida.

El cuerpo humano puede percibir muchas cosas, puede detectar amenazas que puedan presentarse, sirve para detectar todo intruso en él, es capaz de percibir cuando algo no está bien o no va bien del todo. Es impresionante lo útil que nos es para alertarnos sobre posibles intrusos que quieren agredirnos. Para avisarnos de huéspedes indeseables.

¿Pero qué pasa cuando los intrusos han entrado a nuestras vidas sin invitación? ¿Qué pasa cuando no detectamos que entraron en nuestras vidas para hacernos daño? ¿Es demasiado tarde? ¿Podremos sacarlos de la manera más sutil posible, o tenemos que echarlos por las malas?

A veces solo es necesario darles la bienvenida, plantarles buena cara y buscar la manera de correrlos mientras se instalan. Así conseguiremos conocerlos y sabremos qué hacer.

A veces estos huéspedes se nos presentan como temores, dudas, depresión, soledad, angustia, enfermedad y muchos más males que nos aquejan, que llegan sin avisar y que tenemos que sobre llevarlos para poder lidiar con su presencia.

Podría decir que hemos tenido muchos huéspedes de ese tipo, pero últimamente se nos ha presentado uno que no esperábamos que apareciera después de tantos años. Una criatura que se metió en nuestras vidas, que entro sin invitación y amenaza con destruirnos. ¿Qué hacer? Es sencillo, no dejaremos que acabe con nosotros, porque lo que hacemos cuando entra un intruso en nuestras vidas para acabar con ella, es luchar, no dejaremos que esto nos derrumbe, lucharemos hasta ahuyentar este huésped que no queremos presente, así tengamos que destruirlo también.

Porque cualquiera podría dejarlo ahí, sin hacer nada. Mientras te consume, te acaba y te lleva consigo. Pero no con nosotros, dejamos las puertas cerradas, pero entro por la ventana como un susurro del viento, se instaló lo más cómodo posible y empezó a desordenar nuestro hogar. Y no permitiremos que eso pase.

Tenemos que enfrentarlo, tenemos que ser duros y unidos en momentos así. Lo único que buscan estos huéspedes es que nos tambaleemos, que caigamos rendidos a sus pies, para después atacarnos cuando más vulnerables estamos. Pero no debemos dejarlos lastimarnos. Somos más que ellos, somos más fuerte que esto.

No debemos buscar culpables, nuestra seguridad no siempre será perfecta, habrá fallos y ahí nos daremos cuenta que a pesar de lo protectores que podemos ser, somos tan vulnerables a muchas cosas, a muchas personas, a este mundo.

Así que lo único que nos queda es buscar una buena estrategia, buscar quien nos ayude y aliarnos con aquellos que quieren ahuyentar a sus huéspedes indeseables también. Juntos podremos lograrlo y vencerlos.

No todo es malo de estos personajes, a veces llegan en momentos críticos para espantarnos. Pero no tenemos que tener miedo, tenemos que verlos como enemigos que hay que vencer. Y que después de haberles ganado, habremos aprendido una gran lección de batalla, habremos crecido un poco mas, habremos de estar preparado para el siguiente enemigo, porque esto es lo que somos, esto es lo que presumimos al mundo, y nada ni nadie nos puede decir que no podemos sin antes intentarlo.

¿Qué pasa si estos huéspedes nos ganan la batalla?

Pues, así como fuimos fuertes para enfrentarlos debemos ser fuertes para aceptar la perdida, para poder vivir con ellos. Y si en el peor de los casos la vida se pierde en la batalla, recordarles a los demás que hicimos todo lo que pudimos, que luchamos hasta el fin, que perdimos la batalla pero que de ellos depende ganar la guerra. Debemos de dejar un mensaje de fortaleza para que los demás se inspiren en nosotros y poder vencer a los demás que aún están ahí afuera. Perder no es malo, es una parte de la vida en donde siempre habrá ganadores y perdedores y no siempre obtendremos los resultados que esperamos, pero no por ello debemos rendirnos y no dar pie a la lucha.

Si tu llamas experiencias a tus dificultades y recuerdas que cada experiencia te ayuda a madurar, vas a crecer vigoroso y feliz, no importa cuán adversas parezcan las circunstancias.

El arte de vencer las grandes dificultades se estudia y adquiere con la costumbre de afrontar las pequeñas.
 
Nadir Shepderd

 

lunes, 9 de mayo de 2016

Bajo el cielo nublado...





Vamos a caminar, a caminar bajo la lluvia para limpiar nuestros temores.


Era una tarde como cualquier otra, había decidido quedarme en casa para pasar el tiempo metido en el ordenador. Pero de repente escuché un fuerte ruido, provenía de afuera, salí y pude percatarme que se estaba oscureciendo el cielo, estaba nublándose.

El clima empezó a cambiar, empezó a correr un ligero viento que acariciaba mis mejillas, que me hacía sentir un poco de alivio. Inmediatamente pensé que llovería al instante, pero no fue así. Después del trueno que había escuchado, ya no escuche nada más. Solo el viento recorriendo las copas de los árboles. Susurrándoles secretos que la gente tira al viento.

Entonces me dije:

- Vamos, sal a caminar un rato, la tarde esta hermosa para distraerte-

- Pero, ¿Y si llueve?

- Pues ve preparado, pero no para cubrirte de ella, sino para empaparte, vamos un poco de agua no te matara-

- Eso sí, está bien, de eso se trata esto, de cometer pequeñas locuras-.


Alisté lo que necesitaba por si la lluvia me sorprendía y salí de casa sin ningún rumbo. Solo comenzar a caminar a donde el instinto me llevara. (Quien necesita estar cuerdo para tener pequeñas aventuras).

Caminando sobre la acera, me di cuenta que las calles lucían un poco vacías, quizás la gente había decidido irse a casa, llegar rápido para no mojarse con la lluvia. ¡Me encanta! Me dije, la verdad caminar por las calles llenas de personas no es lo mío, es mejor caminar con un poco más de espacio en la acera, sin menos ruido para poder escuchar tus pensamientos. Muchas veces nos olvidamos de escucharnos.

Al pasar por un enorme árbol, pude observar sus hojas moverse con la intensidad del viento. Pude observar esa danza que hacían sus ramas al sentir el viento recorrerlas. Y pensé:

- Oye, esto es increíble, vaya que amo apreciar mi entorno, los árboles, las personas, el clima, las plantas, los animales, todo eso que siempre está, pero jamás observamos con detenimiento -.


Es una verdadera lástima que las personas jamás se detienen a ver todo esto, solo siguen su camino, tan a prisa por llegar a su destino, incluso cuando no saben cuál es.

Conforme seguí mi camino, pude escuchar de nuevo los truenos en el cielo, como tambores que anuncian el principio de algo grande. Entonces pensé que ya era momento de volver a casa, ya me había alejado lo suficiente, ya había empapado mi vista con el paraje urbano y único que solo este clima puede ofrecer.

Me dispuse a dar la vuelta en la siguiente cuadra y me topé con una pareja de chicos. Él la tomaba de la mano, mientras ella lo tomaba del brazo con su otra mano. Que escena mas romántica, pensé. Y reflexioné un poco, más allá de que quizás no sean novios, más allá que sí lo son tienen problemas, mas allá de todo lo común y ordinario que puede haber en una pareja, pude ver algo que no siempre podemos ver en los demás: Felicidad

Una vez me enamore, y digo una vez, porque a pesar de que no me he embarcado en una sola relación, solo me sentí enamorado de verdad una vez.  Me sentí como esa pareja que observé, yo también le observaba con esos ojos que dicen más de lo que las palabras pueden decir, con esa sonrisa que solo ambos conocíamos. Porque a pesar del distanciamiento, vaya que me enseño todo lo que necesitaba aprender y miré hacia el cielo y dije:

- Tú de verdad me enseñaste el coraje de las estrellas antes de irte-.

Mi mirada se perdió por un instante y de mis labios emanaron palabras en forma de susurro diciendo: Gracias. Acompañados de una sonrisa espontanea.

Siguiendo con mi apresurado camino, me topé con un perrito, un perrito en situación de calle. Lo quede viendo mientras buscaba en la basura, algo en mi dio un vuelco. Había un pequeño vacío, me hubiera encantado poder ayudarle, me hubiera encantado cambiarle la vida, me hubiera encantado haber estado para el siempre. Me hubiera gustado de verdad demostrarle que a pesar de que la situación en la que estaba era por culpa de un ser humano como a mí respecta, yo jamás le haría daño, yo jamás le hubiera abandonado a su suerte. Intente acercarme para acariciarlo, pero al verme salió corriendo, pobre de verdad, tiene miedo, ya no cree en los demás, está herido y decepcionado, huir es su única manera de sobrevivir en este mundo tan injusto para él.

Una gota se resbalo sobre mi rostro, era una gota de lluvia. Los pensamientos de que aquel momento se perdieron por un instante. Ahora pensaba en apresurarme, porque a pesar de que iba preparado para la lluvia, no estaba seguro de querer empaparme en ella.

Las pequeñas gotas empezaron a ser más grandes y más frecuentes, ya cubrían mas partes de mi rostro.

Me detuve y decidí no caminar más apresurado, decidí disfrutar de ese momento. Porque para eso me prepare, porque para esto tome la decisión de un inicio de comenzar el viaje.

La lluvia se dejó caer más fuerte mientras yo seguí caminado más lento. Sentí el agua fresca sobre mí, sentí esa frescura combinada con ese típico olor a tierra mojada. Oh si, estaba feliz, estaba disfrutando mucho ese momento. Aunque quizás mañana me arrepentiría por quizás pescar algún resfriado, no deje que eso me arruinara ese momento, ese instante era mío y de nadie más. De esto se trata todo, de esto se trata vivir.

Caminé bajo la lluvia sonriendo, quizás pude haber pasado por un loco, pero me dio igual. No estoy aquí para ser un cuerdo aburrido...

...Solo ser un loco feliz.

 

 

Nadir Shepherd.

 








lunes, 18 de abril de 2016

Monstruos en peligro...


Hay monstruos aquí otra vez...


Todos alguna vez le hemos temido a la oscuridad, quizás porque no podemos apreciar con cierta claridad lo que hay frente de nosotros, quizás porque nos impide ver algún peligro o algo que estamos buscando, o sencillamente le tememos por que creemos que hay Monstruos que acechan en la oscuridad para atacarnos.

Quién no ha lidiado con la idea de que hay monstruos en la oscuridad, podría asegurar que casi todos nosotros, en todas las edades claro. El hecho de ser adulto no significa que no le tengas miedo a los monstruos de la oscuridad. En cierta forma los monstruos que percibe un adulto pueden ser más escalofriantes que el que se imagina cualquier niño.

Pero bueno, no estoy aquí para contarles una historia de miedo (Sería interesante hacerlo, por cierto), si no para decirles que a veces esos monstruos que creemos que están acechando por nosotros, pueden ser en realidad nuestros grandes compañeros, pueden ser los únicos que nos entienden, pueden ser buenos. Si, se lo que dije. Los monstruos no necesariamente tienen que ser crueles, despiadados, aterrorizantes que nos quieren comer. Bueno, no en la mayoría de los casos. Si es lo contrario, pues te deseo suerte y espero puedas defenderte de uno de ellos. 

La verdad es que todos tenemos monstruos que nos persiguen, que nos vigilan, que estan ahi en algun sitio. ¿Su misión?... Protegernos.

Cualquiera creería que las cualidades de un monstruo es ser repulsivo y debe causar temor. Pero, ¿Por qué nos empeñamos en quedarnos con esa idea? Es sencillo, a veces nos cuesta creer que alguien a quien jamás le confiaremos nada, resulte ser nuestro héroe. No le tenemos fe a los desconocido y  mucho menos a lo que nos causa miedo.

Hay un monstruo muy común entre nosotros los mortales, uno que jamas nos dejara a pesar de que crezcamos, al contrario, conforme más avanzamos en esta vida, mas grande se hará. Si, ese monstruo es muy conocido, y es llamado: Pasado.

En si, hay muchos otros monstruos que nos persiguen y que no nos abandonan. Puede ser llamados de distintas formas: Dolor, Sufrimiento, Coraje, Armonía, tu Ex (Uno de los peores o al menos eso dicen)

Debemos comprender que estos Monstruos que creemos aterradores, no siempre lo son. Analizalo bien, te daras cuenta que ahi estan cuando te sientes solo, feliz o quieres estar contigo mismo nada más. Están ahí observando como creces, como avanzas. Pueden ser nuestros mejores amigos.

Salen de la oscuridad por las noches y te dejan una nota en tus sueños para alentarte, para animarte, para evitar las pesadillas. Están ahí molestando siempre para que hagas las cosas bien, desde cero. Para que no tengas que buscar la salida más fácil, para que venzas todos esos miedos que no te dejan en paz. Están para acompañarte en todo triunfo y fracaso. Solo tienes que saber reconocerlos y ser agradecidos con ellos, ellos se incomodan si los haces sentir menos o los asustas.

Si, todos conocemos a los monstruos. Ya se en un cuento o en la vida misma. Pero hay algo curioso también de ellos. Si te la pasas enfrentandolos, ahuyentandolos, te dire que puedes convertirte en uno. Y ahí radica un problema más allá de lidiar con uno. El hecho de que a veces un monstruo humano, es la peor amenaza de todo lo que está a su alrededor.

¿Mi consejo? 

Hoy por la noche, dale las gracias.


Nadir Shepherd



martes, 12 de abril de 2016

Cubre tus huellas...

 



El pasado que estaba enredado se desenvuelve y se arroja al horizonte.



Huellas, que son más que marcas en el tiempo. Marcas del paso de la vida en nosotros, en nuestras acciones, en las personas que nos rodean, en nuestros corazones, en fin, son marcas del destino.
No debemos confundirlas con las cicatrices, porque si bien, ambas son marcas, las cicatrices permanecen por mucho tiempo en nosotros. En cambio las huellas son marcas temporales, en algún momento del tiempo se perderán. Se irán, desaparecerán. O al menos hasta que así lo queramos.
Todos hemos dejado huellas por doquier, hemos dejado marca de nosotros en las cosas que hacemos, en las personas que conocemos y en los momentos que vivimos. Pero no siempre significara que serán permanentes. Hay personas que dejan una huella que creemos imborrable en nosotros, que no nos permite estar tranquilos, son como tatuajes en la piel que serán difíciles de borrar.
Entonces, ¿Que debemos hacer con estas huellas?
Es sencillo, o quizás no lo sea. Se necesita el valor y la fortaleza para borrarlas, ósea ¡Son huellas! Deben irse si así lo queremos, no son cicatrices de por vida. Debemos cubrirlas, debemos hacer lo posible para que no nos sigan perturbando.
Debemos decirle al corazón que las cubra, que es momento de hacer nuevas marcas, de dejar huellas de nosotros mismos en los demás, en todo. Huellas que deben ser recordadas, por todo lo bueno que hemos hecho.
Y dejar atrás las que nos manipulan, las que nos impiden progresar. Debemos decirnos:
Alma, extiende las alas, emprende el vuelo lejos de aquí, lejos de estas huellas. Llevamos a un lugar donde podamos comenzar de nuevo. Levanta esta jaula más alta que cualquier otro sueño.
Cuerpo, sana las heridas, ha sido un tramo difícil, lleno de obstáculos. Pero has sobrevivido, deja que las cicatrices sean nuestras marcas de guerra, pero no dejes que las demás te consuman. Anda, recupera la voz, levántate de una buena vez.
Mente, recupera tu ritmo. Enciende tu luz de nuevo, vence la oscuridad, deja de encerrarte. Anda, vamos. Es momento de capturar cada momento que persigues. Tomo el control.
Tú, si tú. Cubre tus huellas, extiende tus alas, sanate, recupera el ritmo. Solo así podrás borrar esas huellas que no te dejan tranquilo. No hay nada que no puedas hacer, no hay imposibles que no puedas vencer.
Vamos, ya deja de quejarte. Levántate, mira a tu alrededor. Hay un hermoso mundo que espera a ser revelado ante tus ojos. Corazón, late con fuerza, que tu sonido se escuche retumbar en todos lados.
Huellas, no causen daño. Dejen la marca de todo lo increíble de nosotros, anden, vayan, díganle al mundo que estamos listos. Que nuestras huellas serán recordadas, no por el dolor, sino por lo la alegría que rebosan en ellas.


Mundo, enséñame de nuevo lo que he olvidado.



Nadir Shepherd

 

 



jueves, 17 de marzo de 2016

Atlas...



El mundo gira con las mismas fuerzas ocultas que mueven nuestros corazones.


Alguna vez en algún momento de mi vida, recordé lo mucho que me gustaba observar el cielo nocturno, ver lo maravilloso de las estrellas, los astros, o al menos lo que mi vista podía lograr ver. Me gustaba confabular las estrellas con alguna etapa de la vida, algún momento feliz o triste y guardarlo en una de ellas. Así para cuando yo regresara a mi viejo hábito de mirar el cielo nocturno, no olvidaría, no dejaria atras todo lo bueno y lo malo y asi podria recordar donde estoy y hacia dónde voy.

Las estrellas siempre están presentes en el cielo con su inmensa luz, hay noches en las que parecen haber desaparecido, pero a la noche siguiente aparecen de nuevo. Jamás se fueron, siguen ahí. Y me resulta curioso, curioso porque muchas de estas estrellas ya han muerto, ya han dejado de existir, ya se perdieron en el inmenso universo y solo sus restos permanecen como nuestra memoria: Intacta.

Entonces, ¿Qué es lo que vemos brillar en el firmamento? Pues es sencillo, muchas de ellas aún existen pero las que ya no, no pierden su brillo, porque sus restos siguen suspendidos en el espacio, aparte de que la luz tarda mucho en llegar a la tierra a pesar de los años. Osea que aun brillan asi ya tengan años de no existir. Lo cual me lleva a pensar, que es algo sorprendente y muy nostálgico.
 
Nosotros como seres humanos podemos llegar a ser como las estrellas, podemos perder nuestro brillo, si resulta que alguna vez lo tuvimos, pero al igual que ellas, podemos hacer que siga vivo a pesar de nuestra ausencia. Porque podemos irnos, podemos desaparecer, o simplemente podemos morir. Pero si dejamos huella en las personas que dejamos, si dejamos huella con nuestros actos de buena fe, con nuestros logros, con nuestros sueños, con nuestra vida en sí. Dejamos parte de nuestro brillo en esas personas, en esas cosas, en ésta vida. Un brillo que seguira vigente por muchos años, y que si tenemos la suerte de haber hecho bien nuestra labor en este planeta, la heredarán otras personas para seguir brillando por el mundo.
 
No habremos dejado de existir por completo, nuestra luz al igual que el de las estrellas seguira viajando, viajando a través de esta vida. Y lo más importante, así como algunos miran las estrellas para admirar lo hermosas que son a pesar de que algunas ya no esten, habrá personas que nos recordarán, que habían perdido toda fe en sí mismas, pero al ver nuestra luz en cualquier cosa que hayamos impregnado con esta, nos recordarán y será su motivo para seguir, para no rendirse. O solo para sonreír por un instante, así como yo sonrio cuando veo las estrellas.
 
Oh si, es impresionante como el mundo que nos rodea puede resultar muy curioso, y sobre todo muy familiar con nuestra vida diaria. Solo tenemos que fijarnos bien en esos detalles que la vida nos regala, en esos momentos que pueden pasar desapercibidos, pero que nos pueden dejar sin aliento de lo sorprendentes que son.
 

Nuestra luz seguirá presente por mucho tiempo, solo no olvidemos cómo encenderla en el mundo.





Nadir Shepherd


lunes, 7 de marzo de 2016

Estoy feliz de ti y de todo...



Estoy feliz de ti y de todo lo que me rodea, estoy feliz de estar feliz. Me alegra ser quien soy y me alegra saber quien no soy. Me emociona mirar el futuro y ver lo bien que se ve, me emociona saber que el pasado sigue presente pero estamos en paz.

Estoy feliz de ti y de todo esto que siento, de todo lo que alguna vez fue, de todo lo que alguna vez se escapo de ti, de mí, del momento. Estoy orgulloso de mis logros, estoy orgulloso de tus logros, estoy orgulloso de ser quien haya cambiado tu vida, de que hayas cambiado la mia, estoy aqui por ti, por mi, por esto y por siempre estaremos del otro lado de nuestros extremos que nos separan, pero felices, completos, esperando la oportunidad para hacerlo todo bien de nuevo sin ti, sin mi, solos en esto pero jamás abatidos.

Estoy feliz de ti y de todo lo que sucedió, lo que no ocurrió, lo que nos unió. De lo que nos separó, de lo que nos rompió, de lo que nos distanció, pero estoy más feliz porque lo superamos juntos, vencimos nuestros miedos, vencimos a la oscuridad, vencimos el frío, vencimos el calor, vencimos nuestros demonios para renacer del polvo en que nos convertimos, devastados, cansados, heridos, pero con el ánimo suficiente para levantarnos, para luchar, para vivir, para ser mejor de lo que alguna vez fuimos.

Estoy feliz de ti y de todo lo que me provoca tu mirada, lo que te hacía sentir al decir tu nombre, lo que ambos sabíamos y ocultabamos muy bien, Estoy aquí siendo fuerte, rompiendo las cadenas que nos atan a ese triste final, estoy aquí luchando contra mí, contra mi mente, contra todo lo que me impide dejar todo para empezar de nuevo. Luchando contra el mal recuerdo tuyo para convertirlo en el más hermoso de todos, para hacerlo todo mejor, para saber que todo paso porque así estaba dicho, por que fuimos, y seremos mas de lo que juramos ser, porque juntos fuimos uno y ya es momento de ser uno por sí mismo, tenemos la fuerza, tenemos las armas, tenemos el coraje para enfrentarnos a todo y ser felices, de ser felices en los caminos que decidimos tomar, separados pero jamas tan lejanos para olvidarnos.

Estoy feliz de ti, estoy feliz de mi, estoy feliz de esa persona que comparte tu vida, de mis buenos momentos, de tu suerte de la mía, estoy feliz por todo lo bueno y malo que hemos hecho, que nos ha pasado y de todo lo que esta por venir. Cerramos la puerta, pero abrimos otras, no para escapar de esto, sino para crecer en otro lugar, para cambiar, para evolucionar. Estábamos atados y ahora somos libres, somos nosotros los que ahora decidimos, sin dolor ni agonía, hemos construido nuestros imperios en distintos planetas, pero bajo el mismo firmamento, lleno de estrellas. Esas estrellas que solíamos contar juntos, bajo esa tímida Luna que nos miraba desde ambos lados, lejos el uno del otro pero no lo suficiente para no sentir, para no amar.

Estoy feliz de que ahora puedo comenzar, que he podido dejarte ir, que he podido soltarte, pero que siempre te llevare en este viaje, porque crecí por ti, caí por ti, me levante por ti, pero lo mas importante, estoy feliz de mi. Estoy completamente seguro que seremos felices, que seremos mas, que daremos mas, que sacaremos a esos monstruos de la oscuridad y venceremos al amanecer todo lo que nos impidió y nos impide estar de pie.

Estoy feliz y no tengo más que decir, que gracias por ser feliz. por hacerte feliz, por hacerme feliz, por haber sido mas de lo que esperaba encontrar...



Nadir Shepherd





miércoles, 24 de febrero de 2016

¿Cambiar o evolucionar?


A veces queremos cambiar el mundo… ¿Y en qué momento cambiaremos nosotros?


Cuando somos niños, anhelamos con llegar a ser adultos o por lo menos unos años más grandes para empezar a saber que se siente. ¿Por qué nos preguntamos esto? Porque queremos cambiar, queremos percibir eso que notamos a nuestro alrededor: El Cambio.

Cuando llegamos a una edad en donde los cambios se han presentado, tanto en nuestro físico como en nuestra filosofía de vida, es donde nos hacemos otra interrogante más: ¿He cambiado lo suficiente como quería? Y a veces no tenemos la respuesta, o a veces la tenemos y no es la que esperábamos y viene acompañada de otras incógnitas… ¿En que momento deje de ser yo? ¿En qué parte me perdi? ¿Es acaso esto lo que quería? ¿Como voy de la persona que quería ser, a la que soy hoy en dia?

Verán, cambiar no es para nada sencillo. Cambiar implica un montón de transformaciones en nuestra vida, dejar muchas cosas, aprender, llorar, sufrir, reír, y asi seguira la lista, en si cambiar significa Crecer. Pero si no estás dispuesto a evolucionar, de nada te sirve cambiar.

Cualquier persona que dude de su capacidad de raciocinio te dirá que cambiar es igual que evolucionar, y quizás tenga razón dentro de un contexto dramático. Pero la vida no se forja con lo que nos enseñan en la escuela, ni con suficiente información nueva si no la sabemos interpretar. Evolucionar más allá de su significado, implica dejar de ser alguien que no te gusta, alguien que odias, alguien que ya desconoces. O simplemente dejar atrás todo lo que te hace daño. Eso es evolucionar, hacer un Cambio radical en ti. Que viene claro, acompañado de cambios radicales.

La decisión de cambiar y evolucionar es tuya. Tu decides si cambiar tu manera de ver el mundo pero dejando esa parte de ti que te da miedo conocerlo, o evolucionar y erradicar ese miedo y adquirir nuevos temores.

Quien mas para romper las cadenas que te atan, quien mas para abrir las puertas que te impiden seguir, quien más para luchar contra los dragones que surcan tus cielos, quien mas para dejar ese peso que llevas a cuesta… Quien mas que tu que tiene las fuerzas para luchar, la llave para abrirte paso, la espada para matar la opresión, la decisión de soltar todo… Si, ese eres tu y nadie más. Tu debes saber quien eres y si no es así, debes saber al menos que no eres.

Así que crecemos, cambiamos, evolucionamos, como sea que pase, no debemos olvidar quienes somos. No debemos olvidar de dónde venimos, porqué estamos aquí, para que fuimos formados en la fila. Debemos tener claro que va a pasar, que vamos a decir cuando se nuestro turno de pasar al frente y enfrentar nuestros mayores temores y en especial a nosotros mismos.

Cada quien toma la decisión que crea más necesaria en su vida… ¿Pero te confieso algo? A veces, evolucionar es la mejor opción para mantenerse vivo, mantenerse vivo en este mundo que se empeña en cambiar constantemente y te consume hasta más no poder.


Nadir Shepherd


Espero sus comentarios, de igual forma espero les haya gustado esta entrada. Saludos y gracias por pasar por el Blog :D