El pasado que estaba enredado se desenvuelve y se arroja al horizonte.
Huellas, que son más que marcas en el tiempo. Marcas del
paso de la vida en nosotros, en nuestras acciones, en las personas que nos
rodean, en nuestros corazones, en fin, son marcas del destino.
No debemos confundirlas con las cicatrices, porque si bien,
ambas son marcas, las cicatrices permanecen por mucho tiempo en nosotros. En
cambio las huellas son marcas temporales, en algún momento del tiempo se perderán.
Se irán, desaparecerán. O al menos hasta que así lo queramos.
Todos hemos dejado huellas por doquier, hemos dejado marca
de nosotros en las cosas que hacemos, en las personas que conocemos y en los
momentos que vivimos. Pero no siempre significara que serán permanentes. Hay
personas que dejan una huella que creemos imborrable en nosotros, que no nos
permite estar tranquilos, son como tatuajes en la piel que serán difíciles de
borrar.
Entonces, ¿Que debemos hacer con estas huellas?
Es sencillo, o quizás no lo sea. Se necesita el valor y la
fortaleza para borrarlas, ósea ¡Son huellas! Deben irse si así lo queremos, no
son cicatrices de por vida. Debemos cubrirlas, debemos hacer lo posible para
que no nos sigan perturbando.
Debemos decirle al corazón que las cubra, que es momento de
hacer nuevas marcas, de dejar huellas de nosotros mismos en los demás, en todo.
Huellas que deben ser recordadas, por todo lo bueno que hemos hecho.
Y dejar atrás las que nos manipulan, las que nos impiden
progresar. Debemos decirnos:
Alma, extiende las alas, emprende el vuelo lejos de aquí,
lejos de estas huellas. Llevamos a un lugar donde podamos comenzar de nuevo.
Levanta esta jaula más alta que cualquier otro sueño.
Cuerpo, sana las heridas, ha sido un tramo difícil, lleno de
obstáculos. Pero has sobrevivido, deja que las cicatrices sean nuestras marcas
de guerra, pero no dejes que las demás te consuman. Anda, recupera la voz, levántate
de una buena vez.
Mente, recupera tu ritmo. Enciende tu luz de nuevo, vence la
oscuridad, deja de encerrarte. Anda, vamos. Es momento de capturar cada momento
que persigues. Tomo el control.
Tú, si tú. Cubre tus huellas, extiende tus alas, sanate, recupera
el ritmo. Solo así podrás borrar esas huellas que no te dejan tranquilo. No hay
nada que no puedas hacer, no hay imposibles que no puedas vencer.
Vamos, ya deja de quejarte. Levántate, mira a tu alrededor.
Hay un hermoso mundo que espera a ser revelado ante tus ojos. Corazón, late con
fuerza, que tu sonido se escuche retumbar en todos lados.
Huellas, no causen daño. Dejen la marca de todo lo increíble
de nosotros, anden, vayan, díganle al mundo que estamos listos. Que nuestras
huellas serán recordadas, no por el dolor, sino por lo la alegría que rebosan
en ellas.
Mundo, enséñame de nuevo lo que he olvidado.
Nadir Shepherd
"Mundo, enséñame de nuevo lo que he olvidado." <-Buena frase
ResponderBorrarFijaos que no me había yo tomado las huellas en serio, muchas veces como mencionas: Pensamos que se quedan en cicatrices, pero no son lo mismo... :(
Buena reflexión, por cierto, cuando tengas tiempo checa esto: http://bit.ly/1VqTWyW
Saludos!